domingo, 20 de noviembre de 2011

Por qué Chuao


Chuao: Tierra Mágica

Chuao, pueblo costero venezolano de población afrodescendiente que no excede los 3000 habitantes, forma parte del Parque Nacional Henry Pittier, que abarca gran parte de la selvática Cordillera de la Costa y muchas de sus alucinantes playas.  Su  acceso se limita al transporte por lancha desde el poblado de Choroní, ya que la escarpada montaña ha imposibilitado la construcción de una carretera que lo conecte con el resto país y ha permitido de alguna forma que Chuao mantenga muchas de sus costumbres, derivadas de una mezcla entre tradiciones africanas y prácticas occidentales como el catolicismo, hayan perdurado por más de 400 años, fecha en que llegaron los primeros esclavos para cultivar el cacao.


Chuao ha sido protagonista de cambios muy significativos en su pasado reciente. De ser una hacienda privada con mano de obra casi esclava hasta los años 70, pasó a ser propiedad del Instituto Agrario Nacional (IAN) bajo el proceso de Reforma Agraria que se inició en ese periodo. En la actualidad la hacienda está administrada por una cooperativa campesina que, con la ayuda del Ministerio de Agricultura, está haciendo esfuerzos para recuperar las cepas y siembras del cacao criollo. Sin embargo, se estima que de las 150 hectáreas cultivables  de la hacienda, sólo 60 están siendo aprovechadas actualmente. La cooperativa le vende el cacao al Fondo Nacional del Cacao, ente estatal que se encarga de la exportación del mismo.

Las mejoras en infraestructura han sido muy importantes para la economía del pueblo, sobre todo para el sector turismo, que ha estado en permanente crecimiento en la última década, convirtiéndolo en el mayor generador de ingresos para la comunidad. Hasta el año 1987, Chuao no tenía tendido eléctrico y mucho menos escuelas o servicios de atención básica. Hasta hace 10 años sólo había un medio de transporte en todo el pueblo, las calles eran de tierra y la comunidad dependía de pocas lanchas para ser trasladadas hasta el pueblo de Choroní. Con calles pavimentadas, servicios públicos adecuados, y un centro histórico completamente reconstruido gracias al reciente trabajo del Instituto Nacional de Desarrollo Rural (INDER), Chuao es ahora un pueblo que ha logrado desarrollarse sustentablemente sin la intervención de capitales privados externos.


Con todo este crecimiento económico, Chuao sigue siendo un pueblo donde no parece haber grandes divisiones sociales y sus alegres festividades y tradiciones culturales, combinadas con un aprovechamiento sustentable del medio ambiente, particularmente del suelo y el agua, hacen que Chuao sea un vivo reflejo de la identidad afro-latinoamericana, que ofrece todo un potencial cinematográfico único en el continente.

Esperamos insertar nuestro cortometraje dentro de este proceso de transformación económica, social y organizativa, donde los habitantes de Chuao puedan ser los propios protagonistas de su historia, dentro de una fábula llena de simbologías, donde el diablo será deslumbrantemente blanco, el cacao se convertirá en el oro negro que emana de la tierra, y las prácticas tradicionales de la huerta familiar y la pesca artesanal, combinadas con el aprovechamiento sustentable del turismo, se convertirán en la más sensata salida ante una severa crisis nacional.



Pensamos que el género realismo mágico nos permitirá explorar de una forma muy metafórica y fantástica, la realidad de muchos países latinoamericanos esclavos de la mono exportación en el inestable mercado capitalista internacional. Nuestra intención es poder revalorizar las formas tradicionales de producción y aprovechamiento del medio ambiente, que son, en Chuao, parte de una tradición viva originada con la llegada de los primeros esclavos negros al continente.



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